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La Vanguardia

Restaurar el ánimo

Tradicional y novedoso
Les Voltes de Sant Sebastià Sant Sebastià, 9 Moià Tel. 93-830-14-40 Cierra: lunes y martes todo el día; miércoles, jueves y domingos noche. Precio medio sin vinos: 35 €.

Les Voltes es el restaurante de referencia del Moianès gracias a la cocina de Eduard Azauza, a base de productos muy auténticos y sencillos

El milhojas de patatas con panceta confitada e hígado de pato resulta un plato muy equilibrado

El moianés teóricamente es una comarca natural, en la que encontramos un paisaje muy atractivo y un clima excelente. Quizás por todo ello Castellterçol y Moià comenzaron a ser hace cien años destacadas poblaciones de veraneo de muchas familias barcelonesas con posibles.Situadas a una altitud superior a los 700 metros, siguen siendo un lugar óptimo para alejarse de las tórridas temperaturas veraniegas de Barcelona y disfrutar de unas placenteras noches estivales. Además, con las mejoras viarias, actualmente están a menos de una hora de la capital catalana.

La vida cotidiana de los estiuejantsera y es muy previsible: compra diaria por la mañana, piscina o deporte a mediodía, siesta, partida de cartas o paseo por la tarde y cena familiar o con amigos por la noche. Para este último apartado, Moià, cuna entre otros de Rafael Casanova, Conseller en Cap de la Ciudad de Barcelona el 11 de septiembre de 1714, y también del tenor Francesc Viñas, tuvo siempre una serie de interesantes restaurantes frecuentados más por los veraneantes o visitantes que por los propios moianeses.

En el año 1999, Jaume Castany, que anteriormente tenía una discoteca y un bar musical, decidió abrir el innovador restaurante Les Voltes de Sant Sebastià con el espíritu de acercar a todos aquellos que saben disfrutar de un buen plato, una cocina novedosa y sugerente, con productos autóctonos de primera calidad, arropado en el aroma del casco antiguo de Moià y en el entorno tranquilo y agradable de sus arcos. Desde su apertura viene siendo el restaurante de referencia del moianés.

Jaume Castany, con su socio y cocinero Eduard Azuaza, ofrecen una cocina selecta, llena de color y de buen gusto, en un entorno acogedor y al alcance de todos, ya que el local tiene además unas características rústicas que hace muy aconsejable poder disfrutar en el mismo de una comida o cena.

Eduard Azuaza se formó en la gerundense Escola de Restauració de Sant Narcís, se licenció en el Finisterre, y se doctoró en varias cocinas catalanas (Via Veneto, Can Majo) y madrileñas (Zalacaín, Club XXXI, Jockey).

Su carta es muy interesante y entre los tastets per fer temps destacamos la xapateta con longaniza de Moià, los mejillones salteados con ajo y guindilla, las croquetas caseras de jamón y los daditos de bacalao a la andaluza. Vienen anunciados como platillos pero son bastante completos.

De los entrantes destacaríamos el milhojas de patatas con panceta confitada e hígado de pato, plato que a pesar de la contundencia que su descripción sugiere, resulta equilibrado; los raviolis de trufa con salsa de ceps, auténticos raviolis de pasta fresca como Dios manda, huyendo de esos raviolis a la moda del día, en los que la pasta está ausente; los chipironcitos salteados con ceps sobre un puré parmentier sabiamente trufado, y el rissotto de butifarra negra con surtido de setas.

Entre los pescados, el tronco de rape con patatas panadera y cebolla, o el filete de lubina de costa con fondo de crema de calabaza y confitura de cebolla tierna son dos recetas de pescado imaginativas y sabrosas. En cuanto a carnes, el pollo ecológico de les Umbretes, criados en el moianès con proceso lento y al aire libre, que lo sirven acompañado con ciruelas y oporto es una garantía de comida sana, y una demostración de cómo las recetas tradicionales pueden mejorarse con la técnica culinaria moderna. El filete o el entrecot de ternera de Moià es particularmente recomendable por su origen, pues procede en la casa de payés La Granoia con pastura a la antigua usanza. En el apartado de postres destacamos el pastel de queso mascarpone, helado de mandarina y crujiente.

Dentro del local, les sugerimos visitar su impresionante y original bodega. Impresionante por el continente, pero de momento poco interesante por el contenido. No obstante, Les Voltes puede ofrecerles más de 120 referencias, entre las que destacan muchos vinos con DO Bages y con los de las Bodegas Abadal como abanderados.

Otro punto que hay que recalcar del restaurante es la profesionalidad y amabilidad del servicio de la sala, encabezado por el propio Jaume y excelentemente secundado por José, los cuales transmiten al cliente la exacta filosofía del establecimiento: restaurar el ánimo de los clientes a través de los platos y del servicio.

En definitiva, 5 a Taula les sugiere, y perdonen la redundancia, que realmente vale la pena darse una vuelta por Les Voltes de Sant Sebastià.